Vamos a adentrarnos en
un Jardín. Visitaremos un Jardín situado en la parte más alta de una Villa, sus
alrededores, habitantes y el horror que invade las calles de esta población hasta
ese momento normal donde su actividad económica más importante es la minería.
Nos adentramos en un
Jardín de tallos espinosos, esta siendo cuidado por una joven que le mima y le
da todo lo que necesita para seguir germinando en su interior una rara avis que
recibe el nombre de la Joya de Babilonia.
Por un giro del
destino la planta deja de recibir su líquido vital y decide buscarse su propio
sustento.
Los ciudadanos de la
Villa empiezan a volverse locos y comienzan a comerse unos a otros, a
desmembrarse, descuartizarse. Pueden parecer zombis, actuales, rápidos,
demoniacos, que no se detienen ante nada ni ante nadie. Digo que pueden parecer
zombis, porque lo son y no lo son. Aquí entra ha colación un debate que no
sabía que existía hasta que fui a una presentación de una novela de zombis.
Allí se trató la diferencia entre zombi e infectado, y dio la casualidad que al
leer el jardín impío me percaté que
el autor utiliza el término “infectado”. Hasta ese momento no los diferenciaba,
pensaba que en todas las novelas se utilizaban prácticamente como sinónimos y
gracias a esta novela me he dado cuenta que son distintos, y debo agradecer a Juan
Miguel que me haya dado a conocer lo que es un “infectado” y el uso correcto
que hace durante toda la novela de este término. No vamos a obviar que son zombis, y que es una novela de zombis entretenida que se deja leer muy
bien y en seguida quieres saber que le sucede a cada uno de los personajes. Son
zombis porque son seres sin apenas
raciocinio que se van convirtiendo en seres putrefactos y sólo siguen un
instinto primario, el de saciar el hambre con seres humanos que aún estén vivos
y sin esa enfermedad corriendo por
sus venas. Son infectados porque no
son muertos que se levantan de la tumba, se trasmiten una especie de enfermedad
que les enloquece para buscar sangre, miembros y vísceras.
Como ya he comentado
son infectados rápidos, de los
modernos, los que molan y trasmiten más terror, simplemente porqué uno solo la
puede liar parda.
Esta novela tiene
muchas aportaciones originales que amplían y enriquecen el universo zombi.
Esta la cuestión de la
planta, debo reconocer que una de las cosas que me hicieron titubear a la hora
de leer esta novela era el tema de la planta. Pensé que podía tratarse de una
especie de Tienda de los Horrores con
plantas carnívoras y demás parafernalia. Si a alguno le sucede lo mismo, os voy
a quitar la duda de un plumazo, no; no sale una planta con dientes cantarina.
La planta es algo que le da fuerza a esta novela y el hilo conductor de todo el
horror. Precisamente es la planta la que hace a estos infectados diferentes, originales y que gustan, y algo nunca visto
en un zombi, tal vez estos si pueden
otorgar una mínima tregua a la matanza humana.
Otro detalle, después
de verlo en bastantes novelas de zombis, es que suele salir un cura, sacerdote
o persona religiosa. Algún día a lo mejor me decido a dedicar un artículo para
tratar este tema. Me parece curioso que consciente o inconscientemente los
escritores que escriben sobre zombis incluyan en sus novelas este tipo de personaje.
Tal vez sea el inconsciente colectivo que relaciona el tema de los muertos,
debido a nuestra cultura, con la biblia que hace referencia a que un día los
muertos se levantaran de sus tumbas. Aquí sale un cura, aunque cura, parece
bastante progresista y tolerante, imagen que yo nunca tendría de un cura, pero
supongo que alguno existirá.
Y esta el
protagonista, no sé si el autor de la novela lo hizo adrede pero me recuerda
bastante al propio autor, ¿su intención era incluirse en la novela? Tal vez me
equivoque pero Jaime es un rockero, de aspecto rudo pero de gran corazón, y por
lo poco que conozco a Juan Miguel Fernández se me acerca bastante a la imagen de
este personaje de la novela.
Conozco por el propio
autor que ya tiene preparada la segunda parte del Jardín Impío, por supuesto no
sé como va a tratarla o si va a continuar justo al final del primer Jardín,
pero yo estaría encantado de poder leerla y estaría encantado que la acción se
trasladará más allá de la Villa y que esta planta sembrara el terror por el
mundo.
Lo que más me ha
gustado es la originalidad de la historia, todo tiene un objetivo, un fin y lo
vamos descubriendo poco a poco. Trata algunos temas muy interesantes con
pequeñas pinceladas que ojalá algún día sean desvelados en continuaciones del
Jardín Impío, como ampliar la historia de la joven, etc.
TITULO: EL JARDÍN IMPÍO
AUTOR: JUAN MIGUEL FERNÁNDEZ
EDITORIAL: DOLMEN
ISBN: 978-84-15296-16-4
ADQUIRIRLA: el jardín impío
Muy buena reflexión la de el papel que desempeña la planta en la novela, sí, señor. Y con respecto a Jaime, decir que en realidad sí quise volcar varios aspectos de mi persona en él, pero no soy yo transformado en personaje. Muchos han interpretado eso y en parte es bastante comprensible. Gracias por dedicarme esta gran reseña. Es un lujo tener unos lectores tan atentos y que no dudan en darnos opiniones detalladas. Es algo que ayuda mucho a los autores. Un abrazo =)
ResponderEliminar